primer dia de una nueva vida

Era una visión con la que solo podía soñar, el edificio era enorme, alrededor había un pequeño bosque bastante hermoso, y ahí me encontraba yo, con una maleta en la mano justo en la entrada de aquel instituto sin saber que hacer, con quien hablar o hacia donde ir, era muy distinto de mi antiguo hogar, pero en el fondo esperaba poder adaptarme... últimamente adaptarse era lo único que hacia, desde que había descubierto mi poder lo único que hacia era encontrar un animal y adaptarme a la vida en las distintas ciudades y lugares a los que iba tal y como ellos lo hacían, no era de extrañarse que oliera y me viera como uno aun seguía algo aturdido por la visión del edificio así que no me di cuenta de que alguien se acercaba a mi hasta que escuche una voz que no conocía bastante cerca

Caminar por los pasillos que se encontraban semi-vacíos hacía que el sonido de mis pasos se notar algo aumentado. Estaba volviendo de la oficina de mi padre, había tomado las fichas de los estudiantes que habían solicitado unirse al ERE, lo que me daba un trabajo extra además de los deberes y tareas de las clases.

Cuando me encaminaba hacia las escaleras para bajar hasta el sótano al cuartel del ERE asi poder delar allí las fichas vi que la puerta principal estaba abierta, lo que dejaba que la luz del sol inundara por completo la entrada del instituto. Pero esto no era lo que me extrañaba, algo tapaba parte de la luz que entraba, un chico, y según lo que mi poder de percepción me decía, un mutante.

Me acerqué hasta el para cumplir mi rol de prefecta y darle la bienvenida al nuevo chico -Buenos Días, soy Teresa McCylly... Puedo ayudarte?- se veía algo cansado, además de que daba la impresión de no haber mantenido buenos cuidados en mucho tiempo.

mi primera reacción fue voltear hacia la fuente del sonido, vi a una chica que me hablaba, no sabia quien era pero quizás podría ayudarme, de hecho acababa de ofrecerme la ayuda, era extraño ser tratado como ser humano después de tanto tiempo de vivir como un animal, y casi me había desacostumbrado a la sensación, tardé un momento en recuperarme lo suficiente de la impresión para respoderle, era extraño, -H-Hola... soy Dorian... y soy nuevo en el instituto... creo... no lo sé aun...- era muy extraño, después de tanto tiempo viviendo como los animales casi había olvidado mi nombre, incluso el sonido de mi propia voz parecía provenir de un lugar muy lejano a mi

Dorian. Nadie me había dicho nada de la llegada de un chico llamado Dorian, por lo que supuse que había llegado por sus propios medios al instituto asi como muchas veces otros estudiantes habían hecho lo mismo, por lo que estaba acostumbrada y ya sabía como actuar con esos chicos que llegaban buscando un lugar donde los trataran como personas.

Me sorprendió escuchar la voz ronca con la que hablaba, como si hacía mucho tiempo que se mantenía callado -Hola Dorian, un placer conocerte y bienvenido al Instituto, sigueme por favor.- Dedicándole mi sonrisa mas amistosa le hice un gesto con la mano para que caminara conmigo, antes que nada debía saber un poco mas de el, y hacer que se sintiera en confianza para que me permitiera saber un poco mas sobre el motivo de su llegada al colegio.

Entré a una sala donde había algunos sillones, unos mas mullidos que otros, volví a sonreír y le hice señas para que se sentara donde quisiera -Quieres tomar algo?-

me limité a sonreír nerviosamente cuando me dijo que caminara con ella, al entrar en el despacho me sentí abrumado nuevamente, jamas en toda mi vida había estado en una habitación tan elegante

-S-Si, Agua esta bien...- dije, seria el primer vaso de agua limpia que probaba en mucho tiempo, me senté primero en uno de los mullidos sillones, pero se sentía extraño, demasiado mullido, al ver que la sala era prácticamente igual decidí que seria más cómodo sentarme en el piso, me había desacostumbrado a ese tipo de cosas y aunque sabia que mis actuales hábitos le parecerían extraños a mi anfitriona simplemente no pude evitarlo

Sonreí nuevamente y fui a buscar un vaso de agua. Cuando regresé me sorprendió un poco verlo sentado en el suelo, esto me hizo hacer varias deducciones: El chico había pasado por momentos difíciles y se sentía algo abrumado por todo lo que tenía alrededor. Lo entendía perfectamente y también estaba acostumbrada, no era la primera vez que llegaban jóvenes mutantes al Instituto buscando tratar de mejorar su vida.

-Aquí tienes...- Le pasé el vaso con agua y me senté frente a el, también en el piso para que sintiera que yo lo consideraba como un igual. Lo miré por unos minutos mientras el tomaba el agua, estaba algo desaliñado, como si viniera de un largo viaje y parecía que no había vivido en buenas condiciones.

-Dorian, quisieras contarme algo sobre ti? O como llegaste hasta el Instituto?- Le sonreí de nuevo para inspirar en el un poco de confianza y se animara a contarme esas cosas.

bebí el agua tomándome mi tiempo, el liquido ayudó a que mi garganta aclarase y también me dio tiempo de recobrarme un poco de la impresión de esa sala

-gracias por el agua señorita, sobre como llegué al instituto... no soy normal... tengo cierta... habilidad, no sabría como describirlo así que se lo mostraré- el agua había ayudado a despejar mi garganta y aunque se escuchaba más normal, aun estaba algo ronco, comencé a concentrarme, cerré mis ojos y dejé que el instinto guiara mi transformación, poco a poco sentía como la forma de mi esqueleto cambiaba, la forma, el tamaño y la posición de los huesos, la distribución de mis órganos internos, mis manos y pies se transformaban en patas caninas al tiempo que comenzaba a salirme pelo y crecerme cola, la transformación se completo en apenas poco más de 30 segundos, 30 agónicos segundos, al final termine convertido en un perro callejero, espere a ver como reaccionaba la señorita sentada frente a mi, seguramente habría visto otros poderes antes así que debía estar acostumbrada, aun así le di un poco de tiempo antes de re convertirme nuevamente en humano

Aburrimiento, no, la palabra apropiada era: Aburrimiento mortal.

Esa era lo que definía mi vida, estuve horas caminando por los pasillos intentando no tomar en cuanta las miradas de odio y de desprecio de los que serian mis compañeros, pero su trato no acababa ahí, cada vez que me alejaba de ellos comenzaban a cuchillar posiblemente sobre mi. Esa era la vida de un paria, no hablaba con nadie y no conocía a nadie, las miradas indiferentes eran todo lo que recibía de la gente y ya estaba acostumbrado, cada vez que escuchaba a alguien hablar de mi odio hacía todos seguía, pero no me acercaría a nadie para cambiar eso. Esa era mi vida, mala tal vez por el punto de vista de otros, pero era mía.

Miraba cada puerta abierta por simple curiosidad a encontrar algo interesante, pero todo siempre terminaba en tres casos: O encontraba una pareja de estudiantes hablando o haciendo otras cosas, había un grupo de personas hablando, que me ignoraban esperando que me fuera, o simplemente estaba vacía. Hasta que llegue a una puerta donde vi a una chica conocida con un perro, lo encontré algo interesante así que me quede apoyado contra el marco de la puerta mientras movía una moneda en mi mano derecha.

-Primero que nada, no me llames "Señorita", dime Terry o Teresa por favor. Todos los que estamos dentro del instituto tenemos una "habilidad" como tu lo dices, pero eso no nos hace ni mejores ni peores que los demás- Lo miré por unos segundos, prestando atención a lo que sucedía. Cada parte de su cuerpo comenzó a moverse, se notaba como cada hueso cambiaba de posición y de tamaño, así como también la forma de su cabeza se alargaba y achataba.

Un parpadeo y frente a mi ya no estaba mas el chico que me había encontrado en la puerta, sino que tenia delante nada mas ni nada menos que un perro. Lo miré detenidamente -Puedes transformarte... Solo en perro o en algo mas?...-

Me quedé en silencio de un momento a otro, pero no porque estuviera asombrada, sino porque sentía que alguien se acercaba. Un mutante. A los pocos segundos sentí unos pasos que se acercaban cada vez mas, cuando levanté la vista lo vi. Allí estaba Andrew, recargado en el marco de la puerta, jugando con una moneda, automáticamente en mi rostro apareció una sonrisa algo divertida, la cual intenté controlar enseguida.

Para que Dorian no se sintiera incomodo por la llegada de alguien mas, decidí usar mi poder con Andrew, me concentré dejando de lado mis pensamientos y traté de encontrar su mente, una simple mirada de reojo y la mente del chico apareció "Que haces espiando las habitaciones? No hagas movimientos bruscos... El chico acaba de llegar y está algo desorientado..."

Volví mi mirada al chico-perro y le sonreí -Puedes volver a tu forma cuando quieras-

regrese a la normalidad con la misma velocidad con la que había cambiado y con el mismo dolor al que sin embargo ya estaba habituado

-no, no solo en perro, puedo transformarme en cualquier animal que haya tocado antes, total o parcialmente... pero no puedo mantener esa forma mucho tiempo- noté que ella estaba un poco distraída, y poco antes cuando aun mantenía la forma de perro había notado por el oído y olfato que alguien más se había acercado, voltee lentamente para encontrar a otro chico jugando con una moneda, lo mire con curiosidad un momento antes de volver a mirar a Teresa

-algo más que desee saber?- dije algo aturdido por la transformación reciente

A los pocos segundos de aparecer en la escena note que Teresa ya sabía que yo me encontraba ahí, y me había mandado un mensaje muy claro por su habilidad psíquica, el tipo con quien estaba era un nuevo y posiblemente tenia alguna situación mental delicada y no quería que lo espantara.

Baje la vista y arquee una ceja al ver que el chico se podía transformar, gran poder el que tenia el sujeto pero como el mismo afirmo se limitaba a animales con que había hecho contacto y eso reducía mucho el numero de transformaciones posibles, sonreí de lado y me quede como observador de la situación, no pensaba hablar con el chico pero si debía hacerlo aún podía ignorarlo hasta que se vaya, siempre hacia eso y la mayoría de las veces funcionaba.

No planeo hacer nada peligroso Terry, solo miraré espero que no te moleste

Asentí con la cabeza en dirección a Andrew, no me molestaba que se quedara allí parado sin hacer nada, pero siempre y cuando cumpliera con eso, el no hacer nada. El chico parecía algo aturdido, y tenía que intentar tranquilizarlo del todo y lograr que entre en confianza. Volvi a dirigirle la mirada, y vi que ya era humano de nuevo, sonreí ante esto -Impresionante Dorian, asique en cualquier animal con el que hayas establecido algún contacto...-

Me puse de pié y fui hasta un escritorio que había arrimado en una de las paredes de la habitación. Abrí un cajón y encontré lo que buscaba, una libreta de anotaciones y un lápiz. Volví a sentarme frente a el, en el suelo y lo miré por unos segundos -Te molestaría decirme tu nombre completo? También necesitaría saber tu edad...- Mientras esperaba a que me respondiera le eché una mirada a Andrew y volví a hablarle dentro de su cabeza "Buscabas algo en particular?"

asentí al escuchar la pregunta me había desacostumbrado a responder ese tipo de preguntas pero trate de hacerlo con la mayor normalidad posible, ya comenzaba a calmarme y el aturdimiento estaba pasando, comencé a analizar las cosas a mi alrededor, desde la puerta, los sillones, el suelo y el escritorio hasta la forma en la que vestían la chica que estaba frente a mi y el chico que estaba en la puerta, aunque trate de no ser demasiado ovbio, algo que habia aprendido con la practica mientras observaba a alguien cuando me convertía en animal
-Dorian Amadeus Terrance Coperfield, tengo 17 años... si no me he equivocado en la cuenta- dije intentando sonreír, hacia mucho tiempo que no tenia una conversación "normal" y comenzaba a disfrutarlo de nuevo

Teresa supo canalizar bien los pensamientos que trate de decirle, por mi parte continué Asentí con la cabeza en dirección a Andrew, no me molestaba quedarme como un observador, ya estaba acostumbrado a serlo y era muy bueno notando pequeños detalles en las personas como sea en su modo de actuar o por lo que dicen. Cada hecho podía ser algo importante para mi de cualquier forma en que pensara usarlo,

Seguí observando cada movimiento del chico, se veía que no estaba acostumbrado a permanecer en espacios cerrados por la forma que miraba todo lo que lo rodeaba, conocía el sentimiento de estar rodeado de cosas extrañas en un espacio pequeño y no era algo en lo que se podía estar tranquilo fácilmente.

Cuando la voz de Terry resonó en mi cabeza sonreí de lado nuevamente y mirándola le trate de comunicar por el pensamiento: Pues creo que ya encontré lo que buscaba,

Escuché la respuesta de Andrew en mi cabeza, e involuntariamente sonreí de lado bajando mi vista hacia la libreta y le volví a hablar mentalmente pero sin elevar la mirada "Debo suponer que buscabas a un chico con capacidad de transformarse? Porque eso sinceramente me resultaría muy extraño... Ja". Comencé a rasgar la punta del bolígrafo en la libreta a medida que el chico que tenía delante me hablaba.

Anoté todo lo que me decía, asi como también las características de su poder <<Dorian Amadeus Terrance Coperfield, no asegura de saber su edad a ciencia cierta, 17 años son los que dice tener, presenta una gran desorientación sobre donde se encuentra y parece no haber vivido en muy buenas condiciones.>> Noté como sonreía, eso era algo bueno, quería decir que comenzaba a sentirse cómodo -No te preocupes por lo de la edad, ya nos dirás mas tarde con exactitud- le dediqué una sonrisa y agregué -Cuéntame que sabes acerca del instituto, y si tienes alguna duda sobre el mismo no dudes en preguntarme, y estaré encantada en responderte-

Dejé encima de una mesa que se encontraba a mi lado la libreta con las anotaciones, eso se lo debería entregar a mi padre luego para que el hiciera los registros necesarios para el nuevo estudiante.

-si... bueno, hace un tiempo una chica me sorprendió en plena transformación pero no se asusto, incluso me trató amablemente, como tu... me hablo del instituto y me dijo que era un lugar al cual podía venir si quería... que todos ahí eran como yo... mutantes, ella uso esa palabra-

dude un poco, cerré los ojos intentando recordar la escena, pero no me parecía tan clara después de tanto tiempo, logré recordar los hechos generales, pero el rostro, la voz y el nombre de esa persona me parecieron borrosos

-después de eso me encamine hacia aquí... aunque pasaron como 6 meses si no calcule mal antes de llegar- dudé un poco antes de plantear la siguiente pregunta, no sabría si estaba permitido pero tarde o temprano se enterarían

-este... tengo una duda, se admiten mascotas en el instituto?-

Bueno te equivocarías pero si es extraño, ademas creo que prefiero a alguien que ha vivido su vida en cautiverio en vez de un animalillo salvaje, y no hablo digo pienso precisamente de criaturas si es que me entiendes...

Tome unas 4 monedas que tenia en el bolsillo y comencé a hacerlas girar en círculos mientras rotaban en su eje achatándolas hasta volverlas unas bolas de metal las cuales guarde nuevamente en mi bolsillo, estuve viendo la charla por un momento hasta que escuche mi estomago rugir, era obvio que tenia hambre, habían pasado varias horas desde que había cenado y como no acostumbraba desayunar mi estomago estaría devorándose a si mismo por un poco de comida.

Me enoje conmigo mismo por esa reacción al hambre, aunque el sonido no fue para nada fuerte y no creo que lo hubieran sentido, no iba a darme el lujo de dejar de observar algo para comer y no podía compensarlo con nada porque aunque fuera por una maquina expendedora seria improbable que viera algo parecido a esto.

Escuché atentamente como me explicaba lo que sabía del Instituto, cuando mencionó a una chica por un momento pensé que podía referirse a mi tía-abuela Sarah -Exactamente así es como estamos denominadas las personas que tienen algún tipo de "talento" o "gracias" como he oído que también lo llaman...- Sonreí de lado pues la palabra "gracia" a la única persona que se la había escuchado decir estaba parada ahora contra la puerta de la sala en la que me encontraba -...esta chica, recuerdas como se llamaba?-

Mientras dejé que Dorian intentara recordar el nombre de la chica que le había hablado del Instituto me concentré en lo que Andrew me había "dicho" "Podría decirse que prefieres los animales domésticos? Por cierto, si me permites la intromisión, deja de pensar en comida solo logras abrirme el apetito, si tienes hambre deberías ir a comer." Lo miré rápidamente y le dediqué una sonrisa para luego volver a concentrarme en el chico y en la pregunta que acababa de hacerme -Mascota? Claro, siempre se ha permitido a los estudiantes tener mascota, pero hay que completar unos formularios y cosas de rutina, y no pueden ser animales extremadamente grandes, pero si, si se puede tener.- Le dediqué una sonrisa de nuevo -Algo más que quieras saber?-

la escuche preguntarme el nombre de la chica que me había informado sobre el instituto, sin embargo también había notado lo que había reparado en la presencia del chico que estaba en la puerta, hice un esfuerzo por recordarlo, sin embargo entre más intentaba recordarlo, más se me escapaba esa información.

-no... lo siento, pero no recuerdo su nombre- le dije, parecía ser que todo esfuerzo por recordarla parecía inútil

-quizás su poder sea no ser identificada- dije un tanto en broma, pero por lo que sabia sobre mi mismo y otros mutantes podría ser posible así que no sabia que tanta de esa broma podía ser verdad, le reste importancia casi inmediatamente pues un ruido en mi estomago delataba lo obvio, tenia hambre... mucha, hacia cerca de 3 días que no comía y realmente necesitaba buscar algo